De elegancia y autenticidad: Cognac Martell XO
Desde siempre, los sorbos de la elegancia y sofisticación se han camuflado en una escena en la penumbra de una vida intelectual, remontándonos a los clásicos de la literatura, en los que inmediatamente saboreamos un buen cognac para que la imagen sea real.
Mientras el mundo gira entorno a una serie de sabores distintivos entre sus varios licores, el Cognac se resguarda en las profundas raíces ancestrales que la historia francesa ha dejado, de manos de los romanos una vez más, como legado a nuestra humanidad.
Como si se tratara de un atardecer nostálgico, sus tonalidades ámbar con cobre oscuro y reflejos de caoba, el Cognac Martell XO se distingue entre los demás, porque representa un buen antídoto contra la bilis melancólica que nos acosa en cualquier tarde que el corazón se estaciona en los escasos rayos de luz en una habitación oscura.
Además, la inigualable combinación de notas entre especias molidas, como la pimienta negra, cilantro, y la dulzura de sus frutas, se distingue en su inevitable aroma a compota y chutney de higo, con ese suave toque de almendras y nueces.
Esta bebida nos remonta, de sólo olerla, a la cera de las abejas y sándalo para habitarnos en la frescura e inmensidad del bosque.
Mientras que al momento de saborearla, un estruendo redondo nos invade el paladar con ese toque afrutado, seguido del poder y la sutileza de un sedoso sabor al aguardiente de Grande Champagne, para terminar en la brisa de una liviana ola del mar atardeciendo.
En su distinguible y clásica edición, Martell X.O. está contenida en una botella arqueada, recordándonos la inspiración del testimonio materializado del espíritu visionario de Jean Martell.
No hace falta describirlo, cuando la botella y sus mágicos efectos ya responden al llamado de la elegancia que habitan los viñedos de las Borderies, en donde obtenemos el majestuoso Grande Champagne.
Así es como la fusión entre lo excepcional y lo sofisticado se toman de la mano para esclarecer en un sorbo de Martell C.O., y entonces nuestra escena en penumbra se convierte en una eufórica velada al calor de los ardientes sabores que nos ofrece cada trago de Cognac Martell X.O.